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Arqueólogo investiga qué tan violentos fueron los habitantes de la costa central hace mil años

Con carbono 14 y análisis específicos, profesional del Centro de Estudios Avanzados (CEA) precisará fechas de origen de hallazgos y rasgos identitarios de grupos culturales.

Evidencias de habitantes de la costa central chilena de hace 1000 a 2000 años atrás, serán estudiadas por el arqueólogo del Centro de Estudios Avanzados (CEA) de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), José Miguel Ramírez, para precisar su data y comprobar, mediante análisis específicos, rasgos culturales como violencia doméstica e intergrupal, desarrollo de metalurgia de cobre y presencia polinésica en Tunquén.

Con financiamiento de la Dirección General de Investigación de la UPLA, el arqueólogo Ramírez podrá fechar en laboratorio extranjero restos orgánicos con carbono 14 y contar con asesoría de expertos en metalurgia de la Universidad Técnica Federico Santa María, así como en antropología física y antracología del Museo de La Ligua.

La mayoría de las evidencias corresponden a la Cultura Bato, que se ubica en el período Alfarero Temprano -primer milenio de nuestra era-. Entre ellas se cuenta una punta de proyectil incrustada en la vértebra lumbar de restos óseos hallados en Papudo, y que hablan de violencia intergrupal.

“Es un caso interesante de una pareja de hombres enterrados juntos, boca abajo y, uno de ellos, fue acribillado a flechazos. Uno de ellos con 11 flechazos. Varias de las flechas aparecen quebradas en el torso, y una de ellas entró a la vértebra lumbar pero por delante, a corta distancia. También es del periodo alfarero temprano, entre mil y dos mil años atrás algo ocurrió con ese individuo”, explica el investigador.

Curanto y tembetá

En la costa de Maitencillo, en tanto, el especialista tuvo el primer registro de un curanto del periodo Alfarero Temprano. Un hoyo en la tierra con piedras que fueron calentadas, con las que se cocinó una gran variedad de moluscos e incluso estrellas de mar. En medio de lo anterior, Ramírez encontró un tembetá o piercing extremo, rasgo identitario de la Cultura Bato.

“Es un adorno, un botón, una pieza pulida que sobresale entre el labio inferior y el mentón, a través de un orificio. Tienen una aleta más amplia, que es la que impide que se salga y que quede pegada a los dientes. Es un artículo de piedra que roza los incisivos inferiores permanentemente. Es un rasgo de identidad de los Batos de la zona central de Chile”, afirma Ramírez.

Polinesia en Tunquén

En 2011, el arquéologo Ramírez encabezó el rescate de parte de un cementerio y un conchal en Tunquén, con el que planteó la hipótesis de mestizaje polinesio con población local.

Una docena de esqueletos de hace mil años atrás en muy buen estado, presentaban los tres rasgos morfológicos que definen el fenotipo polinésico: mandíbula oscilante (“rocker jaw”), cráneo pentagonal, y orificio en la cabeza del fémur de forma oval.

Con el análisis de carbono 14 de una concha de loco puesto como ofrenda junto al esqueleto, permitirá fechar con precisión el contexto del individuo, que de acuerdo al especialista, debería corresponder al período de exploración de los polinésicos hacia el extremo oriental del Pacífico, entre el año 800 y 1000 DC.

Metalurgia de Cobre

El análisis de los restos de madera y carbones usados para la combustión de un fogón de metalurgia encontrado también Maitencillo, será fundamental para fijar el momento en que ocurrieron estos eventos y determinar qué materia prima se utilizó para generar en un hoyo en la arena, el calor necesario para fundir cobre.

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