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[Opinión] Discapacidad y educación: una responsabilidad conjunta

Por Gonzalo Valdés Lezana, Rector del Centro de Formación Técnica Estatal de la Región Metropolitana.

El 3 de diciembre se conmemoró el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, fecha establecida en 1992 por la ONU, como una forma de llamar a la conciencia mundial, a destacar la inclusión y trabajar por mejorar día a día las condiciones para todas las personas en situación de discapacidad, logrando así la igualdad.

Y es en esta tarea donde los actores de la educación tenemos un gran desafío, principalmente aquellos que trabajamos en la educación técnica, donde preparamos a jóvenes y adultos para la vida laboral, en un constante trabajo colaborativo con las empresas, que actualmente por la Ley de Inclusión, deben contar con al menos un 1% de trabajadores en situación de discapacidad.

¿Cuál es nuestro papel? Entregar las herramientas, oportunidades y facilidades estructurales para los estudiantes que hoy nos eligen y que están dentro del universo de más de 2 millones de personas con discapacidad en el país.

Es aquí donde ellos conocen por primera vez de cerca el mundo laboral y es donde deben ganar la confianza para enfrentarse luego a un trabajo, sabiendo que tendrán las mismas oportunidades y conocimientos que cualquier otro estudiante.

Un desafío que como CFT Estatal de la Región Metropolitana abordamos día a día, creando estrategias y entregando facilidades a los alumnos que así lo requieran. ¿Po qué? Porque la educación es un derecho humano y porque nuestro país ratificó en el año 2008 la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, en el que los Estados parte, reconocen su derecho a la educación, sin discriminación y en igualdad de oportunidades.

Actualmente las cifras nos preocupan y es nuestro deber cambiar este panorama. Según el segundo estudio de la discapacidad en Chile (ENDISC II, 2015), en nuestro país solo el 9,1% de las personas en situación de discapacidad alcanza este nivel de educación superior, lo que se agrava en la inserción laboral posterior, donde hasta 2021 solo el 42,8% participa en el mercado laboral buscando empleo o trabajando.

Y es ahí donde los CFT Estatales tienen y deben hoy aportar, en mejorar esas cifras, en ser un puente para el acceso laboral y lograr una igualdad que va más allá de una campaña anual de recaudación, ya que la tarea es a diario, porque todos tenemos los mismos derechos y debemos demostrarlo a través del acceso a la educación.

¿Lo conseguiremos? Al menos ya, vamos por el camino correcto

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